Cuento Corto

Cerró pesadamente la puerta tras de sí, mientras
Caminaba, casi arrastrando cada paso hasta llegar
al salón, donde se tumbó...

Su esposa pasó por su lado, una fugaz ojeada como
único saludo.

Tomó el control remoto mientras pensaba "por lo menos
estoy a tiempo de ver el juego", pero el encender la TV
una pantalla verde le indicaba que la mora en el pago había
generado un corte en el servicio. "Mierda! pensó"

Le recriminó a su mujer por no pagar, pero la respuesta de
ella, sin perder el ritmo de preparar la cena y alistar
los niños para dormir le dejó mudo "Y con qué cuartos tu
quieres que pague coño?"

Revisó mentalmente el estado de las 3 tarjetas de crédito,
solo una quedaba hábil todavía. No habría vida hasta que llegara
el sueldo. Y esa tarjeta, estaba comprometida.

Su mujer y el compartieron la cama, juntos para pasar
el fresco de la noche, pero tan distantes como antes de
amarse. "Por que me casé con este cabrón?" se pregunto ella,
tal como lo había venido haciendo día tras día. Por lo menos,
tenía una cita médica al otro día.

Con los niños en la escuela, el marido en el trabajo, ella
le daba las instrucciones a la sirvienta, de como preparar la cena
del marido y los niños, tenía que ir al médico, y podría tardar. Fué
ese momento que sonó el teléfono, con el marido del otro lado
anunciando el problema que le impediría llegar temprano esa tarde.

Mientras cada teléfono era cerrado, un suspiro de alivio escapó
de ambos lados, y casi al mismo tiempo, casi con el mismo tono
furtivo ambos pensaron "si tu supieras"...

Así, cada uno por separado, escapaba en otros brazos del aburrimiento
cotidiano... uno sintiéndose mas vivo ante la visión de una carajita
que desnuda se entregaba a el, gimiendo un placer fingido mientras
admiraba su nuevo reloj, mientras que la otra abría las puertas de su
ser a alguien que no le juró amor jamás, pero que aún así, la hacía
sentirse amada...

Tarde ese mismo día, coincidieron en la puerta, mientras la retornaban
a su realidad:

- "Y a ti cómo te fué hoy?" dijo ella
- "por fin resolvimos ese problemita, y a ti?"
- "Dice el médico que estoy mejor, pero que todavía no estoy del otro lado"

Y mientras cerraban la puerta tras de sí, ya inmersos en su mutua prisión
de barrotes de deudas y aburrimiento, casi al mismo tiempo ambos pensaron:
"si tu supieras"...