Como fumador, puedo decir con conocimiento de primera mano, que una de las cosas que mas miedo le da a un fumador al momento de plantearse el dejar el vicio es las expectativas de la ansiedad.
¿Por qué es el cigarrillo "tan bueno"? Resulta que la nicotina es un buen estimulante para la liberación de neurotransmisores, como la dopamina, que es conocida como "la hormona del placer". Es por la acción de esta hormona que podemos ver a un fumador, fajado tosiendo, medio asfixiado por un enfisema decir "¡¡coño, es que fumar es tan bueno!!". En definitiva, el cigarrillo nos causa una sensación de placer.
La parte mas antigua de nuestro cerebro, la mas primitiva (y bruta por demás), está condicionada a buscar actividades generadoras de placer. Es un asunto de supervivencia. Antes de que fuéramos lo suficientemente inteligentes como para comenzar a estúpidamente envenenarnos a nosotros mismos, habian tres grandes actividades generadoras de placer: comer, procrear (bueno, la copulación, que parir no es tan placentero) y ver a las crías dejar el nido (y empezar de nuevo).
Cuando nos acostumbramos al efecto placentero del cigarrillo, comenzamos entonces a endulzar todas nuestras vivencias cotidianas. El fumador, fuma:
a) Cuando está contento
b) Cuando se encojona
c) Cuando está fajado en una tarea física
d) Cuando está concentrado en una tarae intelectual
e) Cuando Caga
f) Cuando espera aque se desocupe el baño,para cagar.
g) Cuando se despierta
h) Cuando se acuesta
i) Después de un polvo
j) Cuando consigue trabajo
k) Cuando lo botan del trabajo
l) Cuando tiene mucho trabajo
m) Cuando está aburrido
n) Cuando llega a un sitio
o) Cuando sale de un sitio
p) Donde se permite fumar
q) Donde no se permite fumar
.
.
.
Y la lista sigue, y sigue y sigue, mucho más que las Duracell.
Ese es precisamente uno de los mayores problemas, el romper con los cientos de "ritos" que desarrollamos alrededor del cigarrillo. Si añadimos el factor de que un cigarrillo nos dá una dósis rápida de dopamina, pues nuestro cerebro asume que si nos dá placer, pues esfundamental hacerlo, así que "¡fúmate uno!".
40 segundos. Eso mismo, 40 segundos. Son precisamente 40 segundos (vamos, en promedio, pero la palabrita "precisamente" como que le dá fuerza a lo que digo, ¿no?) lo que dura un "ataque" de ganas de fumar. Cierto es, que, dependiendo de cuánto fumáramos al dejarlo, nos van a suceder muchísimas veces a lo largo del día.
Ahora bien, las primeras 6 semanas, esas ansias por fumar serán fuertemente biológicas. Es nuestro cerebro diciéndonos "Viejo, no inventes, prende un cigarrillo que esa baina é jevy... ¡coño necesito nicotina pá sentime bien!"(o algo así, dependiende de que tan plebe sea uno)... Lo esperanzador es que, justo a partir del primer día, pero de manera muy (y enfatizo, MUY) gradual, esas ansias irán espaciándose y disminuyendo en intensidad. Llegará un momento en el que nos daremos cuenta de que, nos pasamos días sin esas ganas de fumar (que se parecen muchísimo a la necesidad de respirar)...
Ahora, no quiero que vayan a creer que dejar el cigarrillo es un asunto de un par de meses... creer eso es apostar al fracaso. Lo que viene después de romper con la dependencia física a la nicotina, es romper con la dependencia psico-social con e cigarrillo. ¿A qué me refiero con "dependencia psico-soical" -si es que existe eso? Pues con romper con aquellos ritos cotidianos que mencioné antes. Este es el proceso mas largo y tedioso.
A ver, manejamos nuestras emociones en base a comparaciones, vamos comparando nuestras vivencias con nuestros recuerdos de otras vivencias, y así los vamos almacenando, y de manera inconsciente vamos comparando sobre la marcha, tratando de volver a hacer aquellas cosas que nos salieron bien antes...¿recuerdan que hablamos de que la nicotina es un estimulante para la secreción de dopaminas? Imaginen que vamos a un bar en particular, con cierto grupo de amigos, ese día bebimos una marca tal de whiskey, fumamos como unos locos, se hicieron mas cuentos buenos que el carajo... en fin un bonche a nivel... luego de dejar de fumar, si nos vemos en una situación similar, no nos sorprendamos si nos vemos tirando la mano hacia donde acostumbráramos a guardar los cigarrillos...
Sentiremos, ante el más tenue estímulo deseos o ganas de fumar, muchísimo mas cortas, y muchísimo menos intensa que las ansiedades que experimentamos al inicio. Pero en ocasiones (y aquí el gancho) pueden ser a su vez hasta más numerosas. Nos pasarán semanas sin desear fumar, sin embargo, nos podríamos pasar un par de días luchando contra esas ganitas de prender "sólo uno".
Eso sí, ahorita me agarra un médico o un psicólogo y me revienta por la sarta de disparates que acabo de escribir... pues, como amanecí medio aburrido hoy, permítanme mandarlos al carajo primero. De esta manera he racionalizado el asunto de dejar el cigarrillo, y me hace perfecto sentido. Ahora, si creen que está bien lo que escribí, entonces ¡¡¡GRACIAS!!!
Un sitio para poner en palabras las ideas que me nublan el chin de razón que creo me queda...
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Thursday, June 05, 2008
Friday, May 02, 2008
122 dias, cuatro meses sin fumar.
Me preguntaba alguien que me conoce bien (y que estaba bien al tanto de lo exageradamente mucho que fumaba), que cómo lo había conseguido. Detallos ahora algunos factores que contribuyeron (sin ningún orden en particular):
a) Tengo claro de lo bueno que es fumar. Fumar es delicioso, es un placer como dice la canción. No niego el daño que hace... es como el chicharrón de Villa Mella, esquisito pero te jode.
b) De la misma manera, estaba jarto de fumar. Estaba cansado de despertar y sentir primero las ganas de prender un cigarrillo que de mear. Me requetejodía dar vueltas en la casa buscando un maldito fósforo, cuando iba al baño a cagar. Me encojonaba no poder fumar en el carro cuando llovía...
c) Alguien muy querido que no te saca el guante recordándote que fumar es malo...
d) El bojotal de cuartos que uno gasta...
e) La ansiedad, lo indefenso que se siente uno cuando, tarde en la noche se da cuenta de que no tiene cigarrillos...
f) Mierda, lo feo que te mata...
Todo lo anterior me ayudó a tomar la decisión, pero ¿cómo sobreviví? Quienes me conocen de hace mucho, saben que ya había dejado el cigarrillo en una ocasión, durando año y medio sin fumar. En aquella ocasión, me maté la ansiedad de la falta de nicotina comiendo como un HdP; pero comer no era una opción ahora (por la diabetes), por lo que me planteé una estrategia mas "light":
1.- Me dije a mi mismo que no me iba a volver loco, y que si me daba mucha ansiedad, me fumaría uno; Sólo una vez llegué a ese extremo, pero con tan buena suerte que llamé al colmado y no detallaban ciagrrillos, y no iba a comprar una cajetilla, por lo que, me tragué las ganas...
2.- Cuando me atacban las ganas (sobre todo en los 2 primeros meses) me prometía que me fumaría un cigarrillo "mañana"... una especie del permanente "hoy no fío, mañana si..." y de verdad, mañana me fumaré ese cigarrillo...
Pero, aparte de todo ¿qué siento hoy, 122 días, cuatro meses sin fumar?
Al día de hoy, todavía siento deseos de fumar. No ansiedad, no esa sensación de que el cuerpo te pide un cigarrillo... no. Son, deseos, como cuando de repente recuerdas a alguien, y sientes ganas de verlo.
A veces, me pasan días sin sentir deseos de fumar 2, 3 o 4 dias... de repente, algo me hace desear un cigarrillo, y así como viene el pensamiento, así mismo se esfuma.
Lo mas grande es, que al contrario de lo que se podría pensar, estar con fumadores, no me dá ganas de fumar, por el contrario, me molesta el humo del cigarrillo. Mucho.
Ahora bien, no critico al que fuma. Y mentiría si dijera que no me da cierto nivel minúsculo de envidia cuando veo a alguien fumar...
Creo que lo que más me ayudó a dejar el cigarrillo, fué el haberme planteado la posibilidad de flaquear sin considerar que fracasaría si lo hacía. Eso eliminó gran parte de la ansiedad.
Ojalá a alguien le sirva esto de algo...
a) Tengo claro de lo bueno que es fumar. Fumar es delicioso, es un placer como dice la canción. No niego el daño que hace... es como el chicharrón de Villa Mella, esquisito pero te jode.
b) De la misma manera, estaba jarto de fumar. Estaba cansado de despertar y sentir primero las ganas de prender un cigarrillo que de mear. Me requetejodía dar vueltas en la casa buscando un maldito fósforo, cuando iba al baño a cagar. Me encojonaba no poder fumar en el carro cuando llovía...
c) Alguien muy querido que no te saca el guante recordándote que fumar es malo...
d) El bojotal de cuartos que uno gasta...
e) La ansiedad, lo indefenso que se siente uno cuando, tarde en la noche se da cuenta de que no tiene cigarrillos...
f) Mierda, lo feo que te mata...
Todo lo anterior me ayudó a tomar la decisión, pero ¿cómo sobreviví? Quienes me conocen de hace mucho, saben que ya había dejado el cigarrillo en una ocasión, durando año y medio sin fumar. En aquella ocasión, me maté la ansiedad de la falta de nicotina comiendo como un HdP; pero comer no era una opción ahora (por la diabetes), por lo que me planteé una estrategia mas "light":
1.- Me dije a mi mismo que no me iba a volver loco, y que si me daba mucha ansiedad, me fumaría uno; Sólo una vez llegué a ese extremo, pero con tan buena suerte que llamé al colmado y no detallaban ciagrrillos, y no iba a comprar una cajetilla, por lo que, me tragué las ganas...
2.- Cuando me atacban las ganas (sobre todo en los 2 primeros meses) me prometía que me fumaría un cigarrillo "mañana"... una especie del permanente "hoy no fío, mañana si..." y de verdad, mañana me fumaré ese cigarrillo...
Pero, aparte de todo ¿qué siento hoy, 122 días, cuatro meses sin fumar?
Al día de hoy, todavía siento deseos de fumar. No ansiedad, no esa sensación de que el cuerpo te pide un cigarrillo... no. Son, deseos, como cuando de repente recuerdas a alguien, y sientes ganas de verlo.
A veces, me pasan días sin sentir deseos de fumar 2, 3 o 4 dias... de repente, algo me hace desear un cigarrillo, y así como viene el pensamiento, así mismo se esfuma.
Lo mas grande es, que al contrario de lo que se podría pensar, estar con fumadores, no me dá ganas de fumar, por el contrario, me molesta el humo del cigarrillo. Mucho.
Ahora bien, no critico al que fuma. Y mentiría si dijera que no me da cierto nivel minúsculo de envidia cuando veo a alguien fumar...
Creo que lo que más me ayudó a dejar el cigarrillo, fué el haberme planteado la posibilidad de flaquear sin considerar que fracasaría si lo hacía. Eso eliminó gran parte de la ansiedad.
Ojalá a alguien le sirva esto de algo...
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