A las personas decentes se les tiene terminantemente prohibido ser funcionarios en el gobierno. Los pocos que se cuelan y lo logran lo hacen poniendo en riesgo su vida y su reputación.
Si uno de nuestros actuales funcionarios tuviera en su sangre aunque sea una molécula de la decencia de esa funcionaria chilena, le provocaría un shock anafiláctico inmediato, o por lo menos una severa raquiña.
No sé hacia dónde vamos, pero me parece que no e' pa' lante!
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A las personas decentes se les tiene terminantemente prohibido ser funcionarios en el gobierno. Los pocos que se cuelan y lo logran lo hacen poniendo en riesgo su vida y su reputación.
Si uno de nuestros actuales funcionarios tuviera en su sangre aunque sea una molécula de la decencia de esa funcionaria chilena, le provocaría un shock anafiláctico inmediato, o por lo menos una severa raquiña.
No sé hacia dónde vamos, pero me parece que no e' pa' lante!
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