Wednesday, June 18, 2008

Sonidos...

Me despiertan el frescor y el sonido del agua que cae. Eso sólo puede significar que es sábado y si no me doy rápido, mi vieja me capturará y me pondrá a lavar los tragaluces de las puertas... intento escabullirme, sin éxito y me veo enfrentado a mi propio paño y su respectivo cubo de agua.

En la calle se oye un potente "BÓNE! - - BÓNE! - - BÓNE! - CARBONERO!". Cierro los ojos y veo a este señor, completamente negro por el polvillo del carbón, empujando una enorme carreta de madera, llena de carbón. Lo he visto miles de veces, y no dejo de preguntarme cuáles serán las facciones de él de qué color podría ser su piel...

Poco después, se oye un melodioso canto, que siempre me resultó agradable, me imagino que mas por lo dulce de su voz que por lo dulce de su mercancía... su pregón para mi era señal de que era sábado, siempre en la mañana cantando "Guandule verdeeeeee!".

Su melodía es interrumpida por un ronco "Yuuuuucaguátibia!", emitido por un marchante, que, aunque lleva infinidad de otros productos en su triciclo, se apoya en esa yuca de fácil cocción...

Luego, una guagüita anunciadora, con un sinfín desafinado, prometía con sus productos, matar los piojos, quitar las manchas de la piel, matar parásitos, tumbar ñáñaras, desinfectar inodoros, devolver el blanco a la ropa blanca...todo eso contenido en esta guagüita anunciadora, "señora, hay para todas, repéte la fila"...

Por la tarde, los sonidos eran diferentes...

Desde cualquier hora de la tarde y hasta altas horas de la noche, los maniceros blandían su "manicera" lanzando una lluvia hermosísima de chispas... a veces, se juntaban varios maniceros, y todos al unísono, a la mayor velocidad, batían las maniceras, el sonido, los olores, la vista... No hay Nintendo que valga!

El indescriptible sonido del tenedor sobre el caldero, anunciaba la llegada de Memé el pastelero... Hombre bravo y de leyenda, cantaba como pregón canciones de crítica al Balaguer de los doce años, en los doce años. Contaba la leyenda que había ca;ído preso en innumerables ocasiones, por comunista, que lo habían torturado pero nunca doblegado... en fín que su leyenda siempre fué mas sabrosa que sus pasteles...

A prima tarde, un olor delicioso inundaba el barrio confirmado por su pregón "mama'hí!!! mama'hí!!! maí maí!!!".


Esos son algunos de los sonidos que se pierden en mi niñez, en mi juventud temprana. Esos son algunos de los sonidos que mi hijo no conocerá. Esos son algunos de los sonidos que, de sólo pensar en ellos, me pintan una sonrisa en mi rostro...

2 comments:

Pensamientos al aire said...

Marino.... esos son los sonidos que aun escucho yo en mi barrio... si.. ahi mismo en Villa Consuelo... caramba... aun sigue el mismo marchante llevando las verduras "frescas" todos los dias a las 8:30 am en la misma esquina y las mismas doñas (algunas que parecen haber sido momidicadas... o tras que ya no estan... y otras nuevas) que con todo y sus rolos y/o anchoitas van a comprarles las ensaladas del diario.

Pensamientos al aire said...

Solo te faltaron, las siguientes doñaa: la que pasa en la tarde... a eso de las 5 cuando ya el sol baja, vendiendo longaniza, tripita y guineitos verdes sancochados... y la que tiene una vitrina enla que vende arepa, y dulces de naranja (en pote de aceitunas) y coco (en vasitos de cafe)...ji,ji,ji