Monday, May 26, 2008

Sobre saber criticar, aceptar un elogio y no buscarle la quinta pata al gato...

Cierre los ojos un instante. Respire profundamente. Trasládese a un lugar agradable.

Ahora, recuerde alguna ocasión en la que recibió un Halago, cualquier tipo de Halago, ya sea por un trabajo bien hecho, un corte de pelo, una ropa que le sienta bien, por los hijos, la pareja, en fin, cualquier Halago.

Recuerde bien todo lo relacionado a la situación, quien se lo dijo, donde estaban, la hora del día… Recuerde como se sintió al recibir el Halago… bien ¿verdad?

Ahora, recuerde su respuesta. ¿Cómo respondió? ¿Dimos unas sinceras “gracias” o nos desbordamos en justificaciones, justo como si hubiéramos hecho algo malo? ¿Le resultan familiares algunas de estas posibles respuestas?

• Si, el trabajo quedó bien, pero ¡tuve una suerte!
• ¿Tú crees que está bonito el corte? Yo me lo encuentro muy corto / largo

Lo cierto es, que no sabemos recibir elogios, sean sinceros o no. Somos perfectamente capaces de comprender que los necesitamos, y en ocasiones llegamos a reclamarlos de nuestros jefes, de nuestros padres, de nuestras parejas; pero lo hacemos sin tener una idea clara de lo que haremos con ellos. Lo grave es, que podemos manejar mejor una reprimenda – aún siendo injustificada- que un elogio merecido.

Y necesitamos ser elogiados. Eso lo sabemos. Nadie soporta vivir recibiendo solamente retroalimentaciones negativas. Es bueno saber, por ejemplo en lo laboral, qué estamos haciendo mal, pero debemos saber – de la misma manera- que estamos haciendo bien.

Pero, hay una razón por la cual no sabemos recibir los elogios: No sabemos –tampoco- darlos. Una prueba rápida: Piense en un compañero de trabajo o estudios, digamos el que primero llega; ahora, mida el tiempo que le toma hacer una lista de 20 defectos. Haga lo mismo, pero ahora con una lista de 20 virtudes… Nos toma mucho menos tiempo pensar en las cosas negativas. Estamos programados para encontrar los defectos (con el deseo - espero yo- de poder corregirlos). ¿Por qué no podemos incluir en nuestra programación el encontrar las cosas positivas para reforzarlas?

Sería interesante poder hacer ambas cosas a la vez, poder mirar al mundo que nos rodea, con un criterio neutro, que nos permita encontrar por igual virtudes y defectos, reforzar los primeros y corregir los últimos. Sería interesante, aprender a elogiar –sinceramente- a quienes hacen algo bien, con la misma facilidad con que podemos identificar sus defectos. Sería interesante aprender a que, cuando nos elogian, no tenemos que justificarnos, ni tenemos que minimizar la causa. Aprender que basta con decir “¡gracias!”…

EDITADO: corrigendo "alago", que no se escribe así, sino "halago", para que a Graciela no se le revoltee el Cervantes y me deje de leer...

;-)

2 comments:

Cheluca said...

Ok, ahora sí!!!
Es cierto lo que dices... aunque a veces hay gente que después de recibir un halago dice "ay, yo creo que no..." pa que el que la está halagando vuelva a insistir... tú sabes... es cosa del egocéntrico que habita en muchos de nosotros!

Liss said...

Hoy me acordé de este post. Esta mañana alguien me dijo que me quedaba bien algo e inmediatamente fui a mirarme, no vaya a ser que me estuviera diciendo embustes.

Ja ja...ah, los seres humanos!!