Tuesday, January 31, 2006

Todo sobre mi madre

Si... ya se... nunca dije que quería ser original... ¿o si?

Hoy me tocó asistir al entierro de la madre de una querida amiga. Para mi, los entierros son algo que preservo para las personas mas cercanas a mi, o sus seres queridos. Los entierros siempre han tenido una carga emocional muy fuerte, sean de quien sea, por eso me ahorro asistir a ellos "porque si".

Todo iba bien, hasta llegado el momento en que comenzaron a tapiar la sepultura. Este es el momento del último adios, generalmente el mas difícil... Uno de los nietos rompió en un llanto descontrolado, desgarrador. El se había criado con Da. Cana, como le conocían.

Tube que alejarme. Al hacerlo, no pude evitar pensar en mi propia madre. Siempre hago lo mismo, ponerme en el lugar del otro. sentí fuertes deseos de llamarla, y decirle cuanto la queria, por lo que tomé el celular y marqué el número de su casa.. 809...

Mi madre es especial. De primera impresión, parece una señora dulce y frágil. Y no es que no lo sea, que lo es. Sin embargo, a Margaret Tatcher la conocían como "la dama de hierro"; el que le pegó ese mote no conoció a mi vieja, pues la Tatcher es una comemierda al lado de mi madre.

Mami tubo los cojones suficientes como para criar tres varones, sola, en barrio, con un sueldo poco mayor del sueldo mínimo. Sin haber terminado una carrera, hizo tres profesionales (y algunas personas creen que hasta buenos somos). No solo nos hizo profesionales, sino que nos inculcó a los tres una honestidad rabiosa e intransigente.

Con su ejemplo, hizo de nosotros esposos respetuosos y padres estrictos pero amorosos. Nos enseñó - de primera fuente - que no es mito aquello de las cancletas doblan esquinas. Nos enseñó que el respeto a una Madre, solo va precedido por el respeto a Dios.

Nos mostró a un Dios de amor. Un Dios que nos apoya cuando flaqueamos.

Cuando tenía unos trece años, Mami me enseñó lo que es el amor de madre. Al hacer una travesura (que en estos días pasaría desapercibida), fui expulsado del colegio en que estudiaba, no sin antes suspenderme unos días, y por supuesto llamarla a la oficina del Hno. Antonio (como no viene al caso, no diré que me botaron del Instituto San Juan Bautista de la Salle, eso es otra historia). Resulta que tenía una beca, y este tipo de "travesuras" no se podía tolerar (aún cuando esta palidecía ante lo que hacían los hijos de "prestigiosas" familias). Yo estaba presente, y mientras el Hno. Antonio (ya convertido en el Padre Raul) explicaba lo que yo había hecho -una carta rusa (lo siento si no saben lo que es) de alto contenido erótico, recuerden que con 13 años tenía las hormonas a mil - yo podía imaginarme asesinado por mi propia Madre de mil y una maneras distintas... y todo conducía a que así sería, hasta que este señor pronunció unas palabras que aún resuenan en mi conciencia: "la manzana podrida hay que sacarla de la canasta antes de que dañe a las demás"...

Mami se enderezó en el asiento con una expresión que gracias a Dios no le he vuelto a ver y que ahora reconozco como indignación in extremis. A esto le siguió una oferta de dejarme terminar el año (estabamos terminando el primer semestre) a lo que ella se negó, argumentando que ella no quería ser responsable de dañar toda la canasta, a lo que se paró, me tomó de la mano y nos fuimos. Al salir, me mandó a casa, y yo sin protestar, ni siquiera respirar, me fuí a casa, bien manso a vivir y tratar de ganarme el perdón Divino en esas pocas horas de vida que de seguro me quedaban...

Llamar "manzana podrida" a su retoño, fue lo que al final me salvó; Tan honda fué su herida, tan grande la indignación, que pudo ver las cosas en perspectiva, en su justa dimensión (bainas e' muchacho en pocas palabras)... Al final me "deportaron" a San Francisco de Macorís, a un colegio de una tia, Tia Tata, donde pude completar el año escolar.

Otra de las cosas que la vieja nos enseñó fué que el trabajo dignifica. Que uno no es menos hombre al hacer cosas "de mujeres" como fregar, lavar o limpiar la casa... total, ella tenía que hacer cosas "de hombres" como trabajar, educar, mantener a los hijos...

... 3015 ... par de timbrazos y ella contestó. Hablamos de mi azúcar, del trabajo, de su salud, de que estaba en el Cementerio en el entierro de la mamá de Bru - ¿no quería decirle cuanto la quería? - Daniel está bien y Montse trabajando mucho, bueno, un beso bye...

Nos enseñó el respeto a nuestros mayores. Sin importar quien fuera. Nos enseñó que tener "clase" no está relacionado al dinero, ni al estatus social... Que debemos estar orgullosos de quienes somos, aunque seamos una mierda. De que no obstante, debemos tirar pa'lante, no importa que tan mal pinten las cosas.

Nos mostró que debemos ser nosotros mismos. Cultivar nuestra individualidad, sin tener que nadar en contra de la corriente, pero tampoco dejándonos llevar por ella...

Pulsé END y me quedé mirando al celular. Coño ¿y no quería decirle cuanto la quería?

Creo que ella si cometió errores. Coño si no, ¡fuera hijo de la Virgen María, y hermano de Jesús! Uno de ellos, quizás el que mas sufra yo mismo, es que nos formó independientes, MUY independientes. "¡que tanto MAMEO!"... aún recuerdo, vívidamente, como suena eso... nos inculcó la autosuficiencia, de manera tan reiterativa, que casi tengo que obligarme a llamarla para saber de ella. Eso creo que fue motivado - al menos en parte - por un conocido de ella, quien, todo un adulto, al morir su madre se volvió todo un guiñapo, incapaz de salir adelante sin su progenitora.

Me consuela un poco saberla orgullosa de nosotros, sus hijos. Se que ella sabe, que tratamos de emularla con nuestros propios hijos (bajo protesta de ella, claro está, ya que como toda abuela que se precie, encuentra exagerados los mismos métodos correctivos que ella usó con nosotros y que dieron buenos resultados... ¡que baina!).

Si se todo esto... ¿por que se me hace tan difícil poderle decir cuánto la quiero?

Hay que joderse, pero mañana temprano, rumbo al trabajo la llamaré, y, otra vez, trataré de decirle a mi Madre cuanto la amo...

4 comments:

Marino said...

... y la llame...

Y se lo dije...

;)

balamia said...

te iba a decir que la llamaras y se lo dijeras. ella lo sabe, pero da un gutico oirlo...

Rosanna said...

Por casualidad tope con tu blog... me gusto este post, me hizo pensar en mi vieja... el otro dia leii un mail que decia Madre solo hay una. Te imaginas el dolor de perderla mas de una vez?

Amo a mi madre, nos vivimos matando si... Pero la adoro! es jodonisima, peleona, dulce, flexible toda una contradiccion. Pero es mia!

Tu mama y la mia se parecen :P La mia nos crio a mi hermano y a mi sola, en un barrio, con un sueldito del gobierno. Que lastima que cuando uno puede reponerle una parte de las cosas a su madre, ya es muy tarde.

Marino said...

Llamala y diselo.

Ahora, como padre te digo algo. A mi me impacto mucho la pelicula "pay it forward"... creo que a los padres que hacen un buen trabajo (si consigo hacer un 10% de lo que hizo mi vieja, estoy pago), el pago les viene en diferido... osea que sus hijos no les pagaran a ellos, sino a sus hijos, y asi en adelante... entiendes?

No se si me explique bien ahora mismo, tengo la mamasita de todos los dolores de cabeza ahora mismo (y en mi caso, con este cacon, creeme, es un gran dolor!!)...