No voté el 16 de mayo. Por primera vez, me uní al 60% de los que se abstuvieron.
No voté en parte porque me harté de votar por miedo a que otro suba; me harté de elegir al menos malo.
No voté porque quiero mandar un mensaje a esos ladrones y sinvergüenzas que se benefician de mi voto, que me hacen perder mi tiempo.
No voté porque ninguna de las opciones me representa. Porque ninguna de las opciones tuvo la delicadeza de por lo menos ocultar sus intenciones.
No voté, porque al final, todos demostraron ser la misma mierda, forrada de distinto periódico.
"Si no votas, no tienes derecho a protestar después" dicen por ahí, "mierda para ustedes les respondo"
Sí me voy a quejar; me voy a quejar, porque este es mi país. Me voy a quejar porque son mis cuartos los que se van a robar.
Me voy a quejar porque son mis calles las que vuelven inseguras por su falta de acción. Porque es la Esperanza de mis hijos de vivir en un país digno la que usan para limpiarse sus traseros...
Me voy a quejar con todo el gusto, porque no dejo de ser dominicano por el hecho de no seguirle el juego a una sarta de sanguijuelas que no logran saciarse nunca de vivir a costilla mía.
Coño.
